domingo, 18 de julio de 2021



 #El_Santa_Fe y #El_Limarí.

Dr. Carlos Raúl Ballena.
Gracias por su interés en la historia de este ícono de la cultura pimenteleña, que lamentablemente se extinguió por efectos de la marea, del paso de los años y el peso de su estructura de metal.
La historia no está muy clara en cuanto a su procedencia, algunos afirman que fue un barco extranjero que buscaba la luz del faro para poder anclar y como el capitán venía en estado de ebriedad y debido al mal tiempo, sumado a la neblina, confundió la luz del faro, con la luz de la ciudad acercándose demasiado a la orilla y es allí donde queda encallado cerca de las orillas de la playa "las rocas" de Pimentel, en 1958 aproximadamente. El barco se llamaba Santa fe
Otros afirman que era un barco chileno llamado Limarí y lo vinculan con la playa de la caleta Santa Rosa, tal vez porque la playa las rocas de Pimentel está al sur, cerca de Santa Rosa.
Lo cierto es que El Limarí al parecer es otro barco que encalló en la Calera de Santa Rosa en 1919.
Sobre el barco Limarí, que encalló en Santa Rosa, Don Efraín Huamanchumo Efio, afirma que en una de sus travesías por el mar peruano, los tripulantes del LIMARÍ, venían ebrios, celebrando y festejando un año mas de la toma de Arica en 1879, es así que en la mañana (5:30 am.) del 07 de junio de 1919, la neblina del lugar y las luces de los madrugadores pecadores santarroseños que estaban calentando el agua para el té, hizo pensar a los chilenos que estaban frente a Pimentel, confundiendo aquellas luces con las luces del muelle de Pimentel, y enfilaron hacia tierra, y el barco quedó atrapado en un banco de arena frente a la caleta Santa Rosa...Como lo dice el maestro Nicanor de la Fuente (Nixa)..."fue la mejor pesca que los cholos santarroseños habían tenido en muchos años..."
En un primer intento los chilenos lanzaron las mercancías para aligerar el peso del barco pero sus intentos fueron vanos. Los lugareños de Santa Rosa se lanzaron a la mar en caballitos para recoger los bultos que los tripulantes del LIMARÍ lanzaban al agua.
Dos barcos intentaron apoyar el Mantaro y el Ucayali, también la capitanía de Pimentel. Al ver que las olas chocaban peligrosamente contra el casco del barco, se tomó la decisión de armar un andarivel, el cual era un cable con una polea extendida, desde el barco hasta la orilla, y que se utilizó para sacar a todos los tripulantes náufragos chilenos. Ninguno de ellos falleció. Con el correr del tiempo el barco se ha hundido.
Sin embargo, mi recuerdo de niño es haber nadado hasta el barco (El Santa Fe), que estaba frente a la playa Las Rocas de Pimentel, acompañado de mis amigos de la infancia, y al cual nosotros le llamábamos "El Buque Varao". Era una zona peligrosa, habían pozos, fierros punzocortantes, muchas algas marinas, pero, para nosotros era una felicidad el ir y venir nadando hasta allá.
Contaba mi abuela, Doña Manuela Senador Serquén (QEPD), que cuando encalló este barco cerca de las orillas de Pimentel, los pescadores del lugar, fueron en auxilio de las personas que quedaron atrapadas, pero solo encontraron, casimires, licores, joyas y utensilios de gran valor.
Esto sucedió aproximadamente entre los años 1958 a 1960.

La Lucha por la Justicia Social en el Perú

La Lucha por la Justicia Social en el Perú

Dr. Carlos Raúl Ballena.

En el complejo panorama político de nuestro país, mi postura siempre ha sido clara: abogo por un trato justo e igualitario. Reconozco y respeto el papel del empresario y celebro su progreso, pero no puedo dejar de defender la justicia social para los más vulnerables de nuestra patria. La brecha social, que se ha acentuado a lo largo de nuestra historia republicana, es un tema que no podemos ignorar.

Durante tres siglos, nuestras riquezas fueron saqueadas por los invasores del viejo mundo, y en los dos siglos posteriores, hemos continuado siendo explotados. Este ciclo de abuso ha dejado un saldo devastador: la riqueza que debería garantizar que ningún peruano pase hambre, que todos tengan un techo y que cada niño tenga acceso a una educación de calidad, sigue concentrándose en manos de unos pocos. La diferencia salarial, que puede llegar a ser de “cincuenta a uno” entre un funcionario y el salario mínimo, es una afrenta a la dignidad de nuestra gente.

La inseguridad también nos acecha: la liberación de violadores y asesinos, la violencia cotidiana que termina con vidas por la simple posesión de un celular, son síntomas de un sistema que prioriza los intereses de unos sobre el bienestar de la mayoría. Vivimos en un país rico, pero este lujo no se traduce en calidad de vida para todos.

Es esencial entender que el sistema actual se fundamenta en la opresión: el rico sobre el pobre, el tirano sobre el vasallo. Los poderosos han logrado que nos sintamos agradecidos por un mísero sueldo o un “bono”, mientras normalizan la explotación y la esclavitud del nuevo siglo. Nos han entrenado para ser conformistas, para aceptar la explotación como parte de nuestra realidad.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Nos encontramos en una encrucijada donde nos enfrentan entre peruanos, fomentando el odio y polarizando ideales. Esta estrategia, que recuerda la conquista de Pizarro, cuando invadió nuestro territorio, durante la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa, aprovechando nuestras divisiones internas para beneficiarse. No debemos permitir que el "Divide y Vencerás" del emperador romano Julio César, se repita en la historia. La verdadera fortaleza radica en nuestra unidad.

El Perú es un país con una rica herencia cultural. Somos descendientes de una civilización milenaria que destacó en ingeniería, medicina y arquitectura, como lo demuestran las impresionantes construcciones de Sacsayhuamán y Machu Picchu. Nos enfrentamos a un futuro en el que podemos recuperar ese legado, pero para ello, debemos despertar y resistir ante la indiferencia.

No permitamos que la manipulación nos convierta en esclavos del capitalismo. Debemos luchar por una educación que empodere, por una sociedad solidaria y ética. Un pueblo unido es invencible. El cambio es posible, y cada uno de nosotros tiene un papel en esta lucha por la justicia social. Recordemos que la dignidad de todos los peruanos debe ser nuestra prioridad.