¿Qué es la vida? Esta pregunta, sencilla en apariencia, es profundamente compleja. La vida es un ciclo de nacer, crecer y morir. Sin embargo, pierde su significado si no tenemos un propósito claro que nos guíe, una meta que nos motive.
Observamos que muchas personas viven el día a día con la esperanza de un milagro, de una dádiva, o de un golpe de suerte. Otros parecen olvidar la finitud de la vida, atrapados en la ambición y el egocentrismo. Un grupo más reducido vive para servir a los demás, a menudo descuidando su propio crecimiento y postergando sus sueños. Así, la idea de "vivir la vida" se convierte en un concepto engañoso.
La vida está compuesta por etapas que deben ser experimentadas plenamente. Por ejemplo, un niño no debería asumir la paternidad a los 15 años; necesita pasar por la pubertad, la adolescencia y la juventud antes de asumir la responsabilidad de la adultez. Cada etapa tiene su propia maravilla, y los primeros años son responsabilidad de los padres, quienes deben proporcionar un entorno emocional y material que haga de la infancia una experiencia hermosa.
No obstante, lo complicado comienza cuando los jóvenes se enfrentan a la sociedad, al estudio y al trabajo. Los patrones sociales, la doble moral, la corrupción y la crisis de valores afectan la búsqueda de una vida plena. Nos enseñan que debemos estudiar durante años para "servir a la sociedad", para ser libres y ganarnos la vida. Después de décadas de esfuerzo, muchos terminan sintiéndose ancianos sin haber vivido realmente, atrapados en la rutina de satisfacer expectativas ajenas.
A mi juicio, la vida es ser auténtico y libre en alma y pensamiento. Es buscar la excelencia de nuestro ser, vivir con ética y moral, luchar por nuestras convicciones y no temer al cambio. La máxima de "no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy" cobra especial relevancia, pues la vida es efímera. Hoy estás aquí, y mañana puede que ya no estés.
Hoy es el momento de vivir. Expresa lo que sientes, comienza lo que has postergado, ama, juega, baila, canta y sé feliz. Haz el bien, ayuda, colabora, escribe un libro, planta un árbol. Cuida de tu salud, porque hoy podría ser tu último día.
Evitemos criticar y juzgar la vida de los demás. En su lugar, enfoquémonos en nuestra autenticidad. Seamos únicos y no hagamos daño a nadie. Recordemos que en la vida, lo que verdaderamente importa es dejar huellas, no cicatrices.